1956: Cuando Asimov Predijo el Futuro de la IA en «La Última Pregunta»
Probablemente esa mañana del mes de noviembre de 1956, Isaac Asimov, el visionario escritor, haya puesto en marcha su vehículo usando una manivela. Sin embargo, ese mismo día publicaría un relato corto que resuena con una sorprendente clarividencia en nuestra era actual: La Última Pregunta. En un mundo que aún no había presenciado el auge de internet ni el desarrollo de la inteligencia artificial como la conocemos hoy, Asimov exploró a través de generaciones de humanidad y la evolución de una supercomputadora llamada Multivac la pregunta fundamental sobre el destino del universo, pero en el camino, ofreció una perspectiva escalofriantemente precisa sobre el potencial y la naturaleza de la IA.
El cuento sigue la pregunta persistente a Multivac: «¿Cómo se puede disminuir masivamente la entropía del universo?». A medida que Multivac evoluciona, procesa cantidades ingentes de datos, anticipándose a la capacidad de la IA actual. Asimov imaginó una IA con procesamiento masivo, aprendizaje continuo e interacción en lenguaje natural, reflejando avances actuales en PLN y aprendizaje profundo.
Sorprendentemente, la visión de Asimov presenta paralelismos con la IA actual: la capacidad de entender el lenguaje, el aprendizaje automático y la búsqueda de una inteligencia artificial general. La relación humano-máquina que plantea el cuento resuena con los debates éticos actuales sobre la IA.
Sin embargo, la predicción también difiere en la naturaleza física centralizada de Multivac y la escala temporal cósmica de su evolución. La respuesta final del cuento, que implica manipular las leyes del universo, aún pertenece a la ciencia ficción.
La Última Pregunta no solo es un cuento de ciencia ficción; es una reflexión profunda sobre la curiosidad y la tecnología. La visión de Asimov de una IA poderosa influyó en la forma en que pensamos sobre su potencial. A pesar de las diferencias, su temprana imaginación de una IA crucial para la humanidad sigue siendo relevante en nuestra era impulsada por la inteligencia artificial. La «última pregunta» persiste, pero la «primera visión» de Asimov sobre la IA ofrece una perspectiva valiosa sobre nuestro presente y futuro tecnológico.